miércoles, 9 de marzo de 2016

Reseña de "El detective Stottlemeyer y el caso de la octava especie"


¡Qué ilusión, mi primera reseña! ¿Recuerdas que dije que haría reseñas, si eso? Pues el eso ha llegado, y me voy a estrenar con "El detective Stottlemeyer y el caso de la octava especie", escrito por Don G. Muñoz, el señor de las corbatas de calaveras que luego dice no ser un pirata (¡que te crees que nos engañas, chato!).

Conocí la novela, publicada en 2014, a través de esta reseña del Sr. Boinez. Como me llamó mucho la atención se unió a la lista, y ahora por fin puedo hablaros de ella:

Ilustración de la portada completa, obra de Kharen.

La novela tiene, a mi parecer, un comienzo muy bien escogido, que me recuerda a los clásicos fantásticos y de terror de la literatura romántica (del Romanticismo, no me seas...), como Frankenstein o Drácula. Se trata de un comienzo "vocativo", en el que, cual artista callejero que desesa llamar la atención del público, se anticipan las maravillas que se nos van a narrar. Un prólogo en el que se habla de la grandeza y del significado de la heroicidad, para, a continuación, dar paso al más horrible de los crímenes.

Así es como la novela da el pistoletazo de salida, ya que será el asesinato lo que atraerá a los personajes a la Ciudad de los Héroes con las motivaciones más dispares. Algunos intentarán resolver el misterio, otros proteger a la población, y algún otro sacar provecho entre la confusión.

No quiero decir mucho más del argumento, prefiero continuar centrándome en aspectos más concretos. Creo que la mejor parte de las novelas de misterio es ir descubriendo los secretos junto a la narración, y me gustaría que, si la lees, puedas disfrutar de esta sensación como yo hice.

-Estructura: La novela, de 355 páginas de duración, está dividida en tres partes compuestas a su vez por unos 5-6 capítulos cada una. Entre las tres secciones se incluyen unos breves apéndices en los que se nos informa más detalladamente de aspectos concretos del Universo Tramesiano.

El texto se lee rápido gracias a que el ritmo se mantiene en todo momento. Desde mi punto de vista es el tercer acto el que más destaca, tanto por su cadencia como por su calidad. Además, una vez han sido presentados todos los personajes y sus circunstancias, puedes dejarte llevar por la acción. También puede ser porque la tercera parte es la Hora de las Tortas.

-Estilo: el estilo del autor es sencillo y directo, abundando un cierto matiz irónico en la mayor parte del texto. Los diálogos es dónde más cómodo parece hallarse, siendo éstos fluidos y muy vivos.

Sin embargo, echo en falta una edición o repaso más cuidado en cuanto a la redacción. En algunos momentos concretos el texto resultaba algo confuso, hay párrafos en los que no hubieran sobrado más comas y puntos o una reordenación de las palabras. Nada grave, en cualquier caso, tiquismiquis que es una.

-Ambientación: es la leche, poco más puedo decir. El Universo Tramesiano es una construcción muy cuidada y llena de pequeños detalles que siempre te sacan una sonrisa.
En cuanto a la geografía Tramesiana, nos encontramos ante un mundo amplio con una gran diversidad de climas y culturas, cada una con sus peculiaridades. Poco he conocido de la región de Wessnia en este libro, pero se ha ganado un hueco en mi corazoncito. 

 -Matemáticas: puede parecer un problema, pero no lo es (guiño, guiño). La cuestión es que en el Universo Tramesiano la magia funciona a través de ecuaciones que los magos deben imaginar y escribir. Y yo... Bueno, yo toqué por última vez las matemáticas en el año 2006. No entiendo nada, ni papa. ¿Obstaculiza eso la lectura? A mí no me lo parece. Cuando no entendía alguna de las explicaciones, simplemente pasaba por encima. La cuestión es que la magia es magia, y, aunque no entienda la ecuación o su explicación, entiendo lo que hace. Además, supongo que para la gente que entienda de matemáticas tiene que ser muy interesante verse reflejada en una novela de corte tan fantástico.
-Personajes: probablemente sea, junto con la ambientación, el elemento del que más he disfrutado. Todos ellos están bien definidos y tienen su papel en la historia. No obstante, me ha quedado la sensación de que algunos de ellos necesitaban un mayor desarrollo. 

Me explico, hay algunos cuyas intervenciones son llamativas y memorables desde el primer momento. Este sería el caso de los cazarrecompensas o de Castañuelas, no son necesarias las aclaraciones, no los vas a olvidar. Sin embargo, con otros, como los militares o McNamara, me hacía un poco de lío, sobre todo al principio. No creo que hubieran sobrado unas cuantas páginas más dedicadas a ellos, porque todas sus motivaciones y circunstancias están claras, pero muy "apretujadas" para mi gusto.

Mención especial a la Capitana, que me enamoró desde que dijo su primera frase badass: "¿Nunca te han metido una patada tan fuerte en el trasero que has notado el sabor de la bota en la garganta?". Toda una grande.

¡Casi se me olvida, si la he dibujado!
Je, je. #casito #attentionwhore #autobombo

Por cierto, ¿qué fué Coppelius? ¿Se evaporó? Un par de frases en el epílogo, ¡es todo lo que pido!

-Opinión general: Que me ha encantado, vamos. Quitando esos fallos de redacción que en momentos determinados entorpecían la lectura, no tengo más que buenas palabras.

El libro tiene un final abierto en el mejor de los sentidos, pues abre la puerta a lo que pueda pasar en el futuro. Es lo que ocurre en la vida, el final de un ciclo solo es el comienzo del siguiente. A mí me ha dejado con todas las ganas de descubrir qué pasará en la segunda parte, cuyo nombre voy a revelar en auténtica primicia (para cualquiera que no siga al autor en Twitter, claro): "Escaramuzas Tramesianas".

Ya por último, y como tengo un poco de enchufe, os traigo una breve entrevista con el escritor. A partir de aquí puede haber algún spoiler leve, a tu elección lo dejo.

ENERIO: ¿Cómo empezó todo?
G. MUÑOZ: Empezar, empezar... No tiene un comienzo claro la cosa. De joven jugaba mucho con mis viejos compañeros a Juegos de Rol. Con tal de dar salsa a las sesiones, empecé a diseñar un trasfondo para las partidas: personajes,  regiones, explicaciones varias e, incluso, física propia. Lo encontré tan agradable que pronto pasé noches enteras imaginando historias y adaptando pequeñas anécdotas de la vida al entorno de juego. Y llegó un momento en el que no pude quedarme quieto, tenía que hacer algo más con todo esto.
Ya existían la Ciudad de los Héroes, Silvester Stottlemeyer y las escuelas de magia entre otros. Lo único que tuve que hacer fue unir hilos. Pegar piezas. Más que un comienzo, fue una evolución.

N: ¿Las escuelas? ¿Hay más de una?

G: Las hay, en efecto. Pero *shhhh*

N: Entonces, ¿fue antes la historia o los personajes?

G: Es difícil determinarlo. Construí todo alrededor de un origen nada claro. Supongo que, como fui edificando la historia mediante muchos cambios de guion y rectificaciones a mitad, el entorno fue primero. Luego la historia.

N: ¿Recuerdas en especial la creación de algún personaje? Me refiero a si hay alguna anécdota o momento particular en el que se te ocurriera alguien.

G: Ha pasado mucho tiempo y son muchos personajes (cuento 90 en futuras novelas).

N: (¡La leche! A mí parece que me corten un brazo cada vez que creo uno!)

G: Pero restringido al elenco de personajes de la octava especie…
Recuerdo crear a McNamara tras escuchar una canción de Barry Adamson acostado en la cama con una vieja amiga. Intentaba escuchar la letra de la canción a ver si lograba dormir como lo hacía ella. Y recuerdo a la perfección poner cuerpo y cara al propio Barry Adamson en base a esas letras.
Cuando amaneció, McNamara ya estaba ahí, tumbado a nuestro lado
Espero que Barry Adamson no se enfade al leer la obra y descubrir que su representación en mi universo es quién es.

N: ¿No crees que quizá el personaje de McNamara merecía más desarrollo? ¿Vamos a saber más de él en un futuro?

G: Odio a McNamara. No es más que un niño malcriado que se autoconvence de sus propios ideales. Por supuesto que saldrá, pero en esta Octava Especie no es más que un llorón que ha visto su oportunidad. Se introdujo sin permiso, y tuvo el papel que tuvo.
De todos modos, no existen papeles pequeños. Solo actores mediocres.
McNamara puede ser odioso, pero es, al igual que todos, importantísimo para mí. Tendremos noticias de él. Seguro

N: ¿Qué dificultades te encontraste a la hora de desarrollar y cerrar "la octava especie"?

G: Tenía poco tiempo, porque entre manos tenía varios asuntos con mis compañeros de piso. Pero en general, fue tan natural como respirar.

N: ¿No hubo alguna parte que te costara más escribir o algo que se quedara fuera?

G: Discutí con un personaje sobre su aparición en esta historia, pero le prometí su merecida participación en la que estoy horneando ahora mismo. No lo puedo llamar dificultad. Fue una decisión fácil y cruel.
Pero lo dicho. Tan natural como respirar.

N: ¿Mundo plano quiere decir que los planetas no son redondos o que nos encontramos ante un plano de la realidad?

G: Muy buena pregunta. Mundo plano es la forma en la que los matemáticos tramesianos llaman al planeta en el que viven. El resto de mundos planos, a diferencia del original, no son planos como tal, pero orgullosos que son los científicos que no quieren cambiar la notación.
En resumen. No. No tienen por qué ser planos alternativos. Tampoco planetas. Tampoco tienen por qué tener una forma concreta o definida.
Pero esa es otra historia. Ya jugaremos con la cosmología en futuras obras.

N: Creo que no he entendido nada, pero lo escribes tan convencido que da igual.
¿Qué podemos esperar en "EscaramuzasTramesianas"?

G: Un verano con mi madre y mis tías Mamen y Laly. Y una bofetada al concepto "Marty Stu/Mary Sue", también.

N: ¿En qué sentido?

G: Bueno, en general, sin entrar en mucho detalle, una obra con un/a protagonista MS consiste en un autor quitando dificultades a un protagonista por medio de su poder para contar la historia y moldearla. Nuestro nuevo protagonista sabe que es un MS, y yo le pongo dificultades espantosas porque soy un hombre horrible.
En el primer caso, el protagonista seguramente ignore su condición. En Escaramuzas, el nuestro es tan consciente que al principio todo parecerá una parodia.
¡Siento no poder explicarlo mejor!

N: Suficientemente claro y sin contar demasiado, ¡es un buen punto!
Ahora que estamos hablando de personajes y demás, ¿piensas que alguno te ha quedado más completo que los demás? ¿O los consideras a todos con un grado de "redondez" similar?

G: Por supuesto, pero eso se debe, más bien, a que no es el momento para contar su historia. Pasa con Halem McNamara, con Coppelius y con los Caballeros de todos los Dogmas. Todos viven sus propias aventuras y dan su propio espectáculo. Yo me limito a contarlo. Esto acaba de empezar, "redondo" es el último adjetivo que podemos usar con mis personajes.
Y esto se aplica también a los lugares, conceptos matemáticos y la cosmología.
Esto es demasiado grande para mí. Tengo un universo en mis manos.
Casi todo, a mis ojos, está imperfecto, desequilibrado y mal hecho, tanto dentro de la fantasía, como a la hora de contarla

N: ¿Y hay algún "nene" (personaje) del que estés especialmente orgulloso en "la Octava Especie"?

G: Silvester Stottlemeyer es un lobo cazado. Castañuelas una ranita juguetona. Randy un gato descarado. ¡Para no estar orgulloso de esos tres!
Especialmente de Silvester. Presencia todos los arquetipos de mi persona manifestarse en distintas situaciones y nunca me ha juzgado. Y para colmo, aguanta que le haga quedar constantemente como el pardillo que es.
Creo que, lo menos que puedo hacer, es estar orgulloso de tal potencia.
Le admiro.

N: Entonces, en "Escaramuzas Tamesianas", ¿la historia va a seguir por dónde la dejamos o tomará derroteros completamente nuevos?

G: Ambas cosas. Tiene cierta relación con la Octava Especie, pero es una historia totalmente nueva.

N: Y aquí la última pregunta, ¿algún truco para cuidar esa magnífica barba?

G: Pegar tajazos de vez en cuando y dejar las mejillas sin un solo pelo. Hay que cuidarla mucho para que parezca descuidada.

¡Y eso es todo! ¿Conocíais la novela? ¿Os apetece leerla?

P.D. Ésta es la novela que hizo llorar a Spielberg.

G., por favor, baja la pistola.

4 comentarios:

  1. MALDITA SEA TE PAGUÉ PARA QUE DIJERAS QUE ES LA NOVELA QUE HIZO LLORAR A SPIELBERG. ABANDONO LA ESCRITURA PARA SIEMPRE. ¡Y DEVUÉLVEME MI DINERO!

    Me ha parecido una reseña la mar de divertida. Me lo pasé estupendamente en la entrevista, y como todo aquel que me conozca sabrá, estos son los empujones que necesito.

    Muchas gracias, dentista de suelo.

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  2. Haces las reseñas como presentas tus recetas: ¡haciéndolas apetitosas!

    Da gusto ver tu punto de vista respecto a la lectura, muy simpática y divertida. ¿Y la entrevista? La mar de maja.

    Espero que esto ayude a dar un empujoncito a esta obra, que aún pasa demasiado desapercibida. Injustamente, creo yo.

    ¡Espero más reseñas en tu blog!

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    1. Me alegro de que te haya gustado, yo también pienso que el libro merece ser más conocido.

      Yo espero verte más por aquí!

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